“En el Valle de la Nube Verde, había un dinosaurio que siempre estaba solo. Se llamaba Stanley y no pertenecía a ningún equipo de fútbol, ni era miembro del club de natación sincronizada. Tampoco tenía muchos amigos porque de su cueva siempre salía un tufillo un poco raro que espantaba hasta a las moscas. Aunque estaba acostumbrado, y no le molestaba ser el único ejemplar que quedaba de su especie, “El Brocolisaurio”, a veces echaba de menos poder jugar con otros como él”.
Así empieza el cuento de “El Brocolisaurio”, una historia en la que un dinosaurio vegetariano, y apasionado por el brócoli, tendrá que ir más allá de su valle para encontrar su preciado manjar y, quién sabe, si algo más.
Pero la historia de Stanley no sólo no termina ahí, sino que acaba de empezar. Su idea es poder llegar a los más peques de la casa y, con la ayuda de sus amigos, enseñarles que comer frutas y verduras también puede ser, además de sano, divertido.
EL PROYECTO
A lo largo de estos dos últimos años, son muchos los niños que ya conocen a Stanley porque ha visitado sus colegios o le han visto en alguna librería. A través de un cuentacuentos muy divertido y participativo, los niños se meten en su historia y su búsqueda de brócoli. Al final de la lectura, se llevan a casa una serie de fichas entre las que se incluye una receta de pizza de brócoli. A través del blog de esta web y las redes sociales, compartimos recetas originales y diferentes que llaman su atención y les hemos presentado a Brocoliti: un brócoli divertido y travieso que siempre se está metiendo en líos y que puede ser cualquier cosa que se proponga.
Este tipo de interacción conlleva unos resultados muy positivos siendo numerosos los padres que nos han comentado lo emocionados que habían salido sus hijos del colegio y las ganas que tenían de preparar juntos la pizza de brócoli. Algunos han descubierto así por primera vez el brócoli y lo han incorporado a su alimentación.
Nuestro propósito es que, introduciendo al personaje e interactuando de forma más directa y cercana con padres e hijos, se produzca un aumento en el consumo de estos alimentos y más conciencia en el modo de alimentarnos. Un objetivo que también llega a los más pequeños pero de una forma más amena y divertida de la que están acostumbrados.